Difícil digerir una derrota así. Muy difícil entender que en 11 segundos se difuminara una victoria tan épica. Complicado saber valorar diez minutos de un gran nivel cuando el final es éste.
El primer tiempo es el que cabía esperar de unos entrenamientos tan 'despoblados' durante la semana, poco brillante en el juego de ataque y defensa más o menos regular. Es decir, regularmente se permitía a la jugadora estrella de Zornotza que fuera al rebote con cierta comodidad.
Las caras al retornar al campo tras el descanso dibujaban marcadamente nuestra derrota. Así que en el banquillo resultaba inimaginable un cambio tan radical, un juego como el que se ofreció durante los siguientes diez minutos. Las jugadoras defendieron con algo más de intensidad, se tuvo gran acierto en el tiro, con algunas en estado de gracia, y por fin las jugadoras hicieron caso a las consignas tácticas de Mikel, lo que sirvió para anular por completo a la estrella del equipo contrario. El resultado de tamaña grandilocuencia baloncestística: 27-9 en el tercer período.
Pero el cansancio se cobró sus rentas, dado que tan sólo teníamos seis jugadoras. Y el último cuarto se iba viendo como nuestro juego en ataque se atascaba una y otra vez, y las consignas tácticas mencionadas ya no eran efectuadas en el campo. Así pues sólo cabía esperar a que el cronómetro corriera más que el equipo visitante. Y casi lo consigue...
Ganamos 52-49, quedan once segundos. Saca Zornotza en nuestro campo defensivo. Sabemos que van a tirar de tres. Y lo hacen desde un lateral. El rebote lo coge, cómo no, su estrella. Mete canasta y le hacemos falta. Lanza el tiro libre, y falla... Pero nos quedamos estupefactos cuando vemos como coge ella misma el rebote y mete la canasta de la victoria a tabla.
En los tres segundos finales, tras nuestro tiempo muerto, poco se puede hacer. Zornotza gana un partido que al descanso tenía ganado, y que a falta de 11 segundos había perdido.
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