Tengo miedo. Jugamos contra quienes nos arrasaron en el debut de este segundo equipo de Parque. Entonces nos ganaron de 57 de diferencia y eso que estábamos casi todos, y aún muy frescos. Así que ahora que sólo tenemos a seis, y de ellos uno enfermo y otro medio lesionado... Nos va a caer una paliza muy, muy escandalosa. Tengo mucho miedo.
No sé si estaría bien que cogiera un vuelo para el Caribe y así evito el partido. No, creo que habrá que ser valiente y enfrentarse a semejante rival. Pero es que estoy horrorizado.
Llego al campo y veo que uno de los Goñi no va a jugar. Al menos nos meterán menos triples. Le propongo pactar un 0-40 e irnos para casa. No cuela. En fin, se ha intentado. Y quizá a los jugadores les apetezca jugar...
Y vaya que si juegan, pero nosotros también. Nuestra actitud es buena, tratamos de defender, tácticamente no lo hacemos tan mal, en ataque estamos ordenados. Sólo nos falla el acierto de cara al aro. Por lo demás, desde el principio hasta el final mostramos una actitud que, pese a la paliza recibida, me hace concebir esperanzas para el futuro. Y ya no tengo miedo.
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