Pocos puntos en un encuentro jugado en un campo pequeño (un módulo del pabellón local), con pocas jugadoras por nuestra parte, y con un árbitro que no veía las faltas por ningún lado. Será porque se escondieron bien dado que al descanso únicamente había señalado, ¡2 faltas!. Las dos a La Salle. Es decir, los continuos contactos del equipo local con nuestras jugadoras con balón, sobre todo en movimientos laterales no eran considerados penalizables por el árbitro. Ningún equipo hacía faltas según él, sin embargo tampoco anotábamos en demasía.
Se repetían con frecuencia las acciones de '3 tiros por un euro', igual que en las Barrakas, lanzando La Salle de cualquier lugar, cogiendo su rebote, volviendo a tirar, cogiéndolo otra vez... Por momentos parecía un concurso de tiro local al que Ugeraga estaba invitado como espectador.
Tras el descanso la percepción arbitral de los contactos mejoró un tanto, también nuestro juego en ataque, y sobre todo nuestra casta, nuestra intensidad, nuestra fe en la victoria. Nuevamente, y van dos partidos seguidos, con tan sólo seis jugadoras competimos, pusimos contra las cuerdas al contrario, a priori superior, y demostramos que a corazón no va a ganarnos nadie en esta segunda fase.
Las claves de la derrota, las pérdidas en ataque y el mayor poderío local en el rebote.
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