Mungia 69 Parque Bilbao 65
El comienzo, lamentable, espeluznante. No sé dónde esconderme. La única vez que no miro la programación mensual y me la cuelan doblada. El partido es el mismo día y a la misma hora, pero... ¡en un campo diferente! La señora de recepción nos deja consultar por internet qué ha pasado. El encuentro es en el poli de Zamudio. Vamos pitando para allá.
Llegamos, y podemos calentar. Uno de los árbitros llega tarde y nos da tiempo a hacer el calentamiento en condiciones. Todo esto trastoca un poco mis planes sobre quién comenzará el encuentro. No nos dan agua, ni siquiera el equipo local la tiene. No han pensado en eso. Parece mentira...
Comenzamos. Mungia parece asequible, hoy puede ser el de nuestro reencuentro con la victoria. Aguantamos el primer cuarto, aunque sin jugar bien. El segundo llega el descalabro. Toman una ventaja que al final se tornará decisiva. Problemas, los de siempre. Mala circulación de balón, escaso movimiento en ataque, y cabreos. Dentro y fuera del campo. ¿Defensa? Mejor cambiar de tema.
Veo el marcador, quedan dos segundos, grito... No, quedaban dos minutos. Vaya día llevo. Podía haberme tomado una tila antes de venir.
Al descanso explico ciertas cosas. Tras éste jugamos a ratos. A veces se pone intensidad en defensa, otras no. A veces jugamos decentemente en ataque, la mayoría de ellas, no.
Mungia cambia de defensa. Esta vez, en esto sí, vengo preparado. Voy a explicar qué hacer. Sencillo pero resolutivo, pero me pierdo en una discusión con un jugador. Craso error. Lo explico deprisa y corriendo. No creo que salga. Cuando explico alguna situación táctica llegan las caras de 'no te voy a hacer ni caso'. Efectivamente no se hace, o sólo a medias. No sacamos beneficio.
En ataque seguimos muy irregulares. Reducimos ventaja, pero llegamos tarde. Las ganas nos son perezosas.
Una derrota más, virtualmente descendidos, y la sensación de haber perdido contra un equipo muy asequible. Por merecimientos propios caímos tan bajo.
Emi ha cumplido hoy 200 partidos. Lamento que no lo haya celebrado en condiciones.
Llega el silencio. Me fustigo, para variar, y recuerdo el entrenamiento (los entrenamientos) sin gente del equipo de 1ª, los recursos tácticos que no entrenamos, la falta de confianza en mis instrucciones. Me fustigo. Y más silencio...