Atasco en ataque, con jugadores con poca movilidad, o 'estorbando' las opciones de otros, o no desarrollando adecuadamente ni los sistemas ofensivos más antiguos, desequilibrio interior-exterior...
La defensa aguantó la primera parte. No había canastas del rival en ataque posicional. Tras varios meses de competición, al igual que nos sucedía a nosotros, Jarrilleros tampoco parecía haber mejorado nada su nivel. Demostraba ser un equipo sin juego de ataque posicional, que dependía de un jugador, quizá dos. Su flojo tramo final en la competición desde luego parecía más acorde a lo que este equipo era capaz de ofrecer baloncestísticamente hablando.
Y llegamos al descanso con dos puntos de ventaja, aunque ni nuestro juego ni nuestra condición física hacía prever que fuéramos a ser especialmente competitivos en lo que restaba de partido.
El descanso fue tiempo de eso, de descanso para el 'montaje musical' jarrillero. Y cuando comenzó el tercer cuarto vuelta a la rutina, pitada continua en nuestros ataques. Y así hasta el final. No importaba que Jarrilleros ya hubiera obtenido una renta decisiva en el marcador, los chavales a lo suyo.
Y no fue ésta la única situación de mal gusto del equipo contrario. Resultaba chocante ver a su jugador estrella gritando a compañeros suyos para 'mejorarles' su juego. Demasiada gente de dudoso gusto se dio cita en nuestro colegio esta tarde.
La segunda mitad resulta esperpéntica por nuestra parte. Ni siquiera en defensa jugamos como equipo. Y en ataque... Al final resignación en nuestras caras. Demasiada tal vez.
Acaba nuestra temporada en 1ª, y lo hace como empezó, con derrota. Jugadores sí, equipo no. Es el triste resumen del año.
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