Victoria apurada en un encuentro feo de ver, con los dos equipos utilizando la defensa del cerrojazo, y con unos ataques algo espesos. Con pocos jugadores y escasos de juego interior fue meritorio que nos mantuviéramos buena parte del encuentro por delante.
Aunque nuestros fallos defensivos los aprovecharon para irse hasta de cuatro puntos (su máxima ventaja), llegamos al último minuto con tres puntos de renta. Con el 44-41 se sucedieron varias acciones a cada cual más curiosa. Uno de sus jugadores anota su única canasta del partido. Y lo hace desde más allá de la línea de tres. Sin embargo el árbitro concede dos puntos. Sólo tres personas en el campo parecen darse cuenta de esta señalización: la anotadora, yo, y el árbitro. Los demás, jugadores de ambos equipos incluídos piensan que con ese tiro el marcador está empatado a 44, porque dichos jugadores y el público presente han visto que la canasta era un triple. Claro, eso hubiera significado la posibilidad de llegar a una prórroga...
Fallamos en el posterior ataque y el equipo visitante ataca con algo menos de 24 segundos para acabar. En esa última posesión se suceden varios contactos. El árbitro no señala ninguno..., y el partido acaba. Ya no habrá prórroga.
Al encuentro asiste más público del habitual, y aguantan viéndolo hasta el final, lo que me parece de un mérito excelso, dado el espectáculo ofrecido. Entre ellos, Jorge y Gabriela en la imagen superior, y la great family en la de más abajo.
Al encuentro asiste más público del habitual, y aguantan viéndolo hasta el final, lo que me parece de un mérito excelso, dado el espectáculo ofrecido. Entre ellos, Jorge y Gabriela en la imagen superior, y la great family en la de más abajo.
Bizkaia maite
A veces no es necesario estar lejos para sentir lo más cercano.
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