Sólo con seis jugadores, de los cuales Unai estaba lesionado en el cuello. Indaya con diez, en un partido en el que no se jugaban nada (el ascenso lo habían logrado en la jornada anterior), aunque su manera de jugar nos mostraba claramente que querían ganar.
Viendo a uno y otro equipo durante el calentamiento, y repasando la clasificación, se podía esperar una cómoda victoria visitante, mas desde que comenzó el partido nuestro juego contradijo tales pronósticos. Gran movimiento de balón, aprovechando las escasas situaciones donde conseguíamos ventaja con un grado de acierto pocas veces visto antes en este club. Velocidad cuando era necesario, y una defensa inteligente hicieron el resto. Eran ingredientes sencillos pero tremendamente efectivos para competir contra un equipo que ya era matemáticamente de 1ª.
Conseguimos cierta ventaja, mantuvimos a Indaya siete minutos sin anotar en la primera parte, pero pese a todo, llegamos al descanso con únicamente 2 puntos de margen. Era difícil pensar que en la segunda parte todo saliera igual, difícil tener fe en la victoria, ésa en la que Emi intentó hacerme creer en los días previos al partido.
Every breath you take
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